miércoles, 20 de febrero de 2013

Reflexiones sobre el Capítulo 3

Parte del éxito que un consultor tiene al momento de estar con el cliente es presentarse tal y como es, es decir, ser auténtico. Hablar con el cliente con naturalidad para que se genere la confianza y empatía necesaria para obtener los resultados deseados. 

                Se dice que “la primera impresión nunca se olvida” y en la Consultoría podría aplicarse, ya que en un principio, aunque el cliente solicitó la ayuda, siempre presenta resistencia y temor por lo que pueden llegar a pensar de él. La tarea del consultor comienza en ese momento, en hacer que la ansiedad del cliente disminuya (o desaparezca) y esto solo se obtiene a través de la confianza.

                Habiendo generado la confianza y comenzado a trabajar, un factor importante es la comunicación, la retroalimentación que se va dando a lo largo del proceso haciendo con esto que las personas se involucren y se sienten parte del cambio.  No solo es importante difundir los resultados y avances a las personas, también se requiere de  enseñarles la nueva forma de trabajar, de lo contrario, los resultados se vuelven exclusivamente informativos.

               
Pero en ocasiones,  el consultor presenta los resultados y propuestas pero el cliente decide no seguir adelante o tomar otra dirección completamente diferente. Esta situación, creo, es muy difícil para el consultor pues requiere de mucha confianza en él mismo y en sus capacidades y no tomarlo personal,  saber que su trabajo fue el indicado y necesario, pero al final, la última palabra la tiene el cliente. 

 

“Ningún hombre es una isla. Para hacer frente al buen combate, necesitamos ayuda” Paulo Coelho

Marifel

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